Empezaré diciendo que soy muy fan del universo de La Purga. Me pasa como con la saga Saw, a pesar de que algunas me puedan gustar más o menos, siempre encuentro algo bueno en ellas.
La Purga Infinita nos vuelve adentrar en unos Estados Unidos donde los Padres Fundadores han creado un año en el cual cualquier tipo de delito es legal, incluido el asesinato. Después de la típica noche de caos y horror en las calles, todo debería volver a la normalidad, o lo más cercano a ella después de lo ocurrido la noche anterior, pero, en esta ocasión, las cosas han cambiado, y un grupo de gente, por diferentes motivos, deciden seguir con la purga hasta cansarse.
La verdad es que me ha gustado mucho esta nueva entrega. Mezcla crítica social, tocando el tema de la inmigración y del racismo, y el capitalismo, y la verdad es que lo hacen bastante bien. Y debo reconocer que el final es un puntazo.
Los personajes me han parecido correctos, y me ha gustado ver la evolución de algunos de ellos, sobre todo de Dylan (Josh Lucas).
También he disfrutado de ese caos que logran trasmitir; de esa angustia que sufren los protagonistas al ver que, después de sobrevivir a La Purga, deben enfrentarse al horror de que esta vez los delitos siguen a pesar de la llegada del sol. Lo que sí noto es que, a pesar de tratar un tema como es que todos los delitos sean legales durante 24h, explotan muy poco justo eso: hay poca sangre y no son muy creativos a la hora de escenificar muertes. Eso sí, las máscaras y la parafernalia de los “purgadores” sigue estando muy chula.
En resumen, La Purga Infinita me ha parecido una digna secuela. Con escenas de violencia comedida (como de costumbre), ahonda más en el tema humano, en la supervivencia de uno mismo y de los seres queridos, y sigue mostrándonos que las personas, si se les da cancha, son capaces de lo peor.
La recomiendo.
Vi las dos primeras, pero ahí me quedé...
ResponderEliminarUn beso.