ENRIC F. GEL estudió Filosofía en la Universidad de Navarra y es doctor por la Universidad de Barcelona. Desde 2016, divulga la filosofía en su canal de Youtube Adictos a la Filosofía, que cuenta con +500.000 suscriptores. Su misión es acercar la filosofía al gran público de un modo ameno, divertido y accesible, sin por ello perder el rigor.
¡Buenos días, Enric! Antes de nada, darte la bienvenida a Chica Sombra, siéntete como en casa. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?
¡Muchas gracias por la invitación! Pues mira, normalmente me levanto, me tomo un buen café (sin el cual no soy persona), doy los buenos días a mi esposa y mis dos hijas, y luego depende un poco del día. A veces preparo alguna clase, otras un vídeo para mi canal de Youtube (Adictos a la Filosofía), investigo para un artículo, leo mucho… La verdad es que estoy en mil cosas, pero siempre con la filosofía en la cabeza.
¿Cómo nace "¿Hay filosofía en tu nevera?"?
Yo llevo estudiando filosofía hace ya más de diez años (desde el 2011, que empecé el Grado, y hasta el día de hoy, que hace poco logré el título de Doctor), y cerca de siete que me dedico a la divulgación de la filosofía en Youtube. Y lo cierto es que hace tiempo que venía barruntando la idea de escribir una introducción a la filosofía que fuera amena, divertida y accesible al público general, pero que se alejara un poco de los tópicos del “manual de filo”. ¡Así que fue ponerme a ello un día y así nació!
¡Me encanta el título! ¿Le diste muchas vueltas hasta llegar a él?
Pues sí, costó bastante de encontrar, y fue un trabajo colaborativo con el equipo editorial. Teníamos varias opciones sobre la mesa, pero no terminábamos de dar con un título convincente y atractivo. Y al final se me ocurrió esta pregunta: ¿Hay filosofía en tu nevera?, y así se quedó. En el libro, el punto de partida de la reflexión siempre es una pregunta que te puedes hacer en torno a tu nevera, porque la idea era transmitir que uno puede encontrarse la filosofía en todas partes y en los momentos más inesperados (¡incluso cuando te preparas un bocadillo!). Las preguntas de la filosofía están siempre ahí, solo hay que poner atención. Y el título creo que consigue transmitir muy bien esa inquietud, y el tono cercano y sugerente que he intentado plasmar en el texto.
¿Es un libro solo para quienes están interesados en la filosofía o también se pueden acercar a él aquellos menos interesados en ella?
Obviamente, el público principal del libro es todo aquel que esté interesado en la filosofía y quiera introducirse o profundizar en ella. Pero también aspiro, digamos, a conseguir que el no interesado, o el menos interesado, se interese por ella. Yo estoy convencido de que la filosofía tiene algo que decirle y aportarle a todo el mundo, porque al final es la disciplina que trata con esas preguntas que todos llevamos dentro y que más nos inquietan. El desinterés por la filosofía muchas veces se debe a que el propio filósofo pone trabas al público general: usando un lenguaje muy oscuro, pesado, arduo de seguir… Eso es algo que he intentado remediar, y espero haberlo conseguido.
¿Cuánto de filosofía hay en nuestras vidas? ¿Cómo es de esencial para nuestro día a día?
Yo siempre digo una cosa: la filosofía es inevitable, es imposible estar sin filosofía. Todos nosotros, ¡todos!, nos movemos en nuestro día a día con un conjunto de presupuestos filosóficos acerca de cómo es el mundo, qué es el ser humano, para qué está aquí, cuál es el sentido (si lo hay) de todo esto… Y son presupuestos que informan, de modo inconsciente, nuestro modo de vivir, de actuar y de relacionarnos. Por eso, justamente, es tan importante poder dedicarle un esfuerzo consciente a reflexionar sobre todas estas cosas. Porque la única alternativa a hacer filosofía uno mismo, de modo personal, es estar viviendo inconscientemente según la filosofía de otros, aquella que, desde posiciones de poder e influencia, haya conseguido ponerse de moda en el lugar y momento histórico que nos ha tocado vivir. Ya que se trata de supuestos que orientan nuestra vida, ¿qué mejor que echarles un ojo, a ver si realmente se sostienen?
¿En qué otros lugares podemos encontrar filosofía? Además de en la nevera, claro.
¡En todas partes! Cuando estoy en una encrucijada y tengo que tomar una decisión importante, ahí hay filosofía (¿qué criterio debo seguir?). Cuando me quejo de una injusticia, ahí hay filosofía (¿qué es la justicia?). Cuando la enfermedad o la muerte me ponen de frente con la condición humana, ahí hay filosofía (¿qué es el ser humano?). Es realmente muy difícil encontrar un área de nuestra experiencia que no sea susceptible de reflexión filosófica: a poco que uno empiece a hacerse preguntas sobre un tema, y trate de ir cada vez más a lo profundo, ahí, en lo más hondo, lo que le espera siempre es la filosofía.
¿Cuál crees que es el mayor impedimento para acercar la filosofía al gran público?
Probablemente el hecho de que vivimos a un ritmo que es muy enemigo de la reflexión filosófica. La filosofía necesita ocio, tiempo libre, calma, tranquilidad y paciencia, y el problema es que estamos metidos en una rueda que nos genera tal nivel de estrés y preocupación, que el poco rato que conseguimos “para nosotros” no podemos sino dedicarlo a la desconexión más absoluta. Hemos perdido de vista que existimos para hacernos estas grandes preguntas, y no para producir como meras máquinas. Yo animo siempre a todo el mundo a salirnos de esta vorágine, aunque sea por un rato, y a dejarnos interpelar por la filosofía. A lo mejor hasta descubrimos que se vive mejor así.
Para terminar, darte mil veces las gracias y hacerte una última pregunta: ¿eres feliz?
¡Buena pregunta! Aristóteles dice algo así como que la felicidad se mide en toda una vida entera, con lo cual quizás hay que esperar a que alguien se muera para poder juzgar si vivió realmente de modo feliz o no. Pero te puedo decir que, si muriera ahora (que espero que no jeje), daría gracias a quien correspondiera por todo lo que he podido vivir.
Hola, muchas gracias por compartir la entrevista, ha sido muy interesante.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.