Carter Miles es el actor de moda del momento. Cualquier película en la que sale es taquillazo seguro, Hollywood lo adora. Ha decidido hacer las escenas peligrosas de su última peli, una de viajes en el tiempo, y está emocionado por no tener que usar dobles.

Chloe vive al otro lado del país, feliz con su vida como instructora de especialistas de acción. Una llamada la lleva hasta Los Ángeles, más exactamente hasta el hombre al que no conoce y que, sin embargo, ha marcado su vida desde que tenía dieciséis.

Dos personas que nunca se han visto pero cuyas vidas están entremezcladas. Como una buena película de Hollywood: acción, intriga, besos y mucho más en Tinseltown.

Nada más ver que se ambientaba en Hollywood, concretamente dentro del mundo del cine, de los actores, del celuloide, quise leerlo. Peliculera que es una, vamos. Y con esta novela me ha ocurrido una cosa extraña: hasta aproximadamente la mitad, no me terminaba de enganchar, se me hacía un poco cuesta arriba; a partir de ahí, me enganchó de tal forma que no pude dejar de leer hasta al final. ¿El resultado? Un buen sabor de boca, y alguna que otra lagrimilla.

A diferencia de lo que me ocurre con otras novelas románticas, ambos protagonistas me han caído bien. Él es rico y famoso, pero viene de abajo y no se le ha olvidado; ella es una mujer fuerte e independiente. Pero, sin duda, yo me quedo con dos secundarios que me han robado el corazón: Matty y George. Me han parecido reales y muy humanos, y me han hecho emocionarme. 

La trama me ha gustado sobre todo por la ambientación, porque nos mete en un rodaje de una superproducción de Hollywood y a mí todo eso me encanta. He estado en mi salsa. Como os dije antes, al principio no me terminaba de enganchar, me costaba meterme en la historia, pero luego lo hizo, hacia la mitad, de una manera brutal y me la acabé del tirón. 

En resumen, una ambientación de lujo, una pareja protagonista con mucha química, unos secundarios maravillosos y un final bastante emotivo y bonito.