Opinión personal de Tony Jiménez:

Los cruces (o crossovers) entre universos, ideas, conceptos y personajes de ficción se han dado desde siempre, aunque es cierto que hay medios donde se juega más con ellos que en otros. En la literatura, por ejemplo, no hemos tenido pocos, siendo el género de terror uno de los más usados al respecto, por ejemplo, en obras como "Abraham Lincoln: Cazador de vampiros", "Orgullo y prejuicio y zombis" y "La isla del tesoro Z" (sí, existió una época en la que nuestros muertos vivientes favoritos se podían fusionar con cualquier otro mundo literario), sin olvidar que personajes como el conde Drácula y Sherlock Holmes han llegado a cruzar sus caminos, e incluso los propios monstruos clásicos de la literatura se han enfrentado en no pocos libros. El cine y la televisión tampoco han sido ajenos a esta manera de jugar, siendo muy recordadas cintas como "Freddy contra Jason", que enfrenta a dos de los psycho killers más famosas del género, y "Alien vs. Predator", donde las dos razas más mortíferas de extraterrestres se enfrentaban en una batalla donde ganase quien ganase nosotros perdíamos. ¿Y en la pequeña pantalla? Echadle un buen vistazo a la fantástica "Penny Dreadful" y luego me contáis. ¿Videojuegos? Solo hay que irse, por ejemplo, al espectacular "Marvel vs. Capcom", donde los personajes de ambas compañías se enfrentan en épicos combates, o acercarse a los contenidos descargables de los últimos "Mortal Kombat", con invitados especiales como Terminator, Rambo, Spawn, Robocop, y eso sin olvidar la gran cantidad de títulos "vs" que podemos encontrar. Sin embargo, hay un área donde los cruces son más conocidos con el término de crossover anteriormente mencionado, un mundo donde resulta de lo más habitual: el cómic.

Si nos centramos en las dos principales editoriales mundiales de cómics, Marvel y DC, es fácil comprobar que su historia de cruces es tan antigua como ellas mismas. Ojo, no solo cruces dentro de sus propios universos (que se lo digan a Marvel Studios), sino también fuera de ellos, y es ahí donde encontramos auténticas curiosidades. Por ejemplo, tenemos el más que clásico entre los clásicos "Superman vs. the Amazing Spider-Man", donde el Hombre de Acero y nuestro amistoso vecino arácnido se enfrentan; tenemos también el maravilloso encuentro entre los Titanes y los X-Men; no hay que olvidar los encuentros entre Batman y Spiderman, quizá de los mejores en cuanto a este tipo de crossovers (Batman suele darse también de bruces bastante con Spawn); en los 90 tuvimos el evento "Marvel vs. DC" que dio lugar a esa estupenda frikada conocida como "Amalgam", cómics en los que se fusionaban personajes de ambos universos, dando lugar a creaciones como Spiderboy (Superboy más Spiderman), Dark Claw (Lobezno más Batman), Super Soldier (Capitán América más Superman), Bat-Thing (Man-Bat más el Hombre Cosa) y Trevor Castle (Steve Trevor más Punisher), entre muchos otros; y llegamos al último gran cruce entre ambas compañías, el blockbuster "JLA/Vengadores", donde no solo vemos unidos a ambos equipos, sino a los dos universos, sin que sus realizadores se dejen un solo concepto. Evidentemente, debo parar aquí, porque hemos tenido cientos de cruces comiqueros, muchos de ellos tan extraños y surrealistas como ese en el que Archie y Punisher se conocían. Por fortuna, el que vengo a reseñar aquí es mucho más lógico de lo que a simple vista pudiera parecer.

Estamos a finales de los 80. El escritor Neil Gaiman se convierte en uno de los autores británicos que revolucionan el medio del cómic USA, sobre todo en DC, en este caso con su creación "The Sandman", junto al ilustrador Sam Kieth, cocreador de una obra que, a pesar de sus invitados, continuaciones y especiales, posee un inicio y un final, como muchas de las historias de este tipo de guionistas (que se lo pregunten a Garth Ennis, Alan Moore, Warren Ellis, Grant Morrison). "The Sandman" es una de esas series que dan a luz a Vértigo, la línea para adultos de DC, que pueden leerse por fans y no fans de los cómics y que actualmente está en boca de todos gracias a la serie de televisión de Netflix, contándonos la historia de Sueño, que se libera de su encierro, provocado por un hechicero, para arreglar un mundo estropeado, roto y fragmentado por su ausencia. Pero detengámonos. Hagamos otro viaje. Estamos en 2008. El escritor Joe Hill, hijo del mismísimo Stephen King, ya con un nombre en la industria, lejos de la sombra de su padre, gracias al talento mostrado en obras como "Fantasmas" y "El traje del muerto", comienza la que será su obra maestra (o una de ellas) junto al ilustrador Gabriel Rodríguez, un cómic, también con inicio y final, llamado "Locke & Key", donde gracias a la familia Locke visitamos la Casa de las Llaves, donde las llaves que se ocultan en ella pueden otorgar poderes inimaginables a quienes las usan, aunque también esconden terroríficos e inquietantes secretos. El resto es historia.

Como bien dice el propio Joe Hill en el prólogo del presente tomo, hay cruces en el mundo del cómic que nos hacen levantar una ceja (a veces las dos) ante la sorpresa de que alguien se atreva a mezclar conceptos que nada tienen en común. Podría haber sido este uno de esos casos, claro, hasta que el escritor nos recuerda que existe la Llave del Infierno, que da lugar a una de las tramas principales de "The Sandman". Una llave. ¿De qué va "Locke & Key"? Una llamada a Neil Gaiman y nuestros chicos ya estaban en marcha. ¡Y de qué manera! Da igual lo que uno confíe en la pericia y el talento de Hill y Rodríguez (no esperéis a Gaiman o a cualquiera de los implicados en la colección de Sueño, más allá de las bambalinas del cómic), porque es lógico mirar de soslayo este cómic, así que leedlo. No solo no tiene desperdicio, sino que estamos ante otro fantástico trabajo de Hill, que ha sabido cruzar los universos de los Locke y los Eternos de una manera tan orgánica que da hasta miedo. El crossover en sí está en la última parte del tomo, así que hasta entonces se nos desarrolla toda la historia que dará lugar al mismo, de una forma sublime, conectando a la perfección con el mundo de "Locke & Key". Eso sí, aquí no tenemos a los Locke que conocemos, a los de la serie principal, sino a los que habitaban la Casa de las Llaves durante las primeras décadas del siglo XX, es decir, a aquellos que nos dieron la bienvenida a su morada en "Locke & Key: Cielo y Tierra", el primer tomo que tuvimos en modo spin-off, un volumen que reseñé en esta misma web, por cierto, y que contiene varias historias cortas, entre ellas, "Abre la luna", donde aparecen estos Locke, protagonistas de "Locke & Key: Golden Age". El trabajo de Hill con estos "nuevos" protagonistas es tan sobresaliente que ni siquiera echamos de menos a los Locke modernos, otorgando a la historia, como sólo sabe hacer el autor, la mezcla perfecta de terror, fantasía y emoción.

Por supuesto, ¿qué sería de una aventura de "Locke & Key" sin los impresionantes dibujos de Gabriel Rodríguez? Hay que reconocer que sigue en plena forma, con composiciones brutales, un dinamismo excelente y una narración impresionante, sin olvidar la marca que deja en el universo "The Sandman", especialmente en sus personajes, que pasan por su sello personal como si nada; atentos a su Sueño, porque es una gozada. Por supuesto, es obligatorio señalar que su lucimiento es incluso superior cuando le toca mostrar los efectos de las llaves de los Locke, dando viñetas realmente increíbles. Si es que sólo hay que ver la portada de la edición de Panini para comprobarlo, una edición de lujo, a la altura de la obra, por supuesto. No es algo nuevo, pues Panini siempre se ha esforzado en darnos las ediciones más definitivas de "Locke & Key", y si en la reseña de "Cielo y Tierra" ya señalaba que nos faltaba la historia "Mundo pequeño", otro de los spin-off de los Locke protagonistas de este volumen, aquí se han redimido, incluyéndola la primera, un gran comienzo para un tomo en el que tampoco faltan todas las portadas que acompañaron a todo el cruce con "The Sandman", tampoco de las historias que lo preceden, claro. Y sí, existen muchos cómics de este tipo, obras que mezclan personajes, situaciones, ideas y conceptos que parece que son como el agua y el aceite, pero este no es uno de esos casos. Incluso podéis disfrutar de "The Golden Age" sin haber leído nada previo de "The Sandman" y "Locke & Key". Así de bien está escrita esta historia, repleta de horrores, pérdidas, fantasía y sentimientos. Preparad las sábanas para cubriros con ellas, porque tendréis miedo. Preparad vuestros mejores sueños, porque vuestra imaginación volará. Preparad los pañuelos, porque lloraréis. Así es el mundo de los Locke. Así es el universo de Sandman. Así son las creaciones de Hill y Gaiman, dos autores que parecen haber nacido para cruzar a sus hijos.