Me estreno como corresponsal de Chica Sombra a lo grande, yendo a la presentación del Festival RIZOMA 2022 cuyo padrino en esta edición no es otro que el consumado cineasta John Waters, que repite tras su paso en la primera edición del 2011.

En la Salón Real de la Casa de la Panadería, además del mencionado Waters, se encontraban también Gabriela Martí, Directora de RIZOMA, Carlos Reviriego, Director Adjunto y de Programación de Filmoteca Española, y Raúl Torquemada, Director de Madrid Film Office.

Este año la programación girará en torno al concepto de “Adaptador universal”, y Carlos Reviriego ha explicado que se le ha pedido a John Waters que hiciera una selección de películas para la programación en la Filmoteca del festival con motivo de la Semana del Orgullo LGTBIQ, con las siguientes películas: Un Chant d’Amour (1950) de Jean Genet, The Hours and Times (1991) de Christopher Munch, Fox and his Friends (1975) de Rainer Werner Fassbinder, Heat (1972) de Paul Morrissey, Pink Narcissus (1971) de James Bidgood y La soga (1948) de Alfred Hitchcock.

A continuación, Waters ha tomado la palabra y ha dado las gracias por volver una vez más a Madrid ya que, afirmaba, antes de su primera visita en 2011, solo conocía la ciudad por el cine de Pedro Almodóvar. Ha comentado la ilusión que le hacia que le permitieran hacer la selección de la Filmoteca y ser nuevamente padrino de RIZOMA, tomando el relevo a David Lynch.

Durante la ronda de preguntas, obviamente, muchas se han centrado en su faceta como cineasta, en su cine. Una que me ha llamado mucho la atención ha sido cuando le han preguntado que qué le costaba más: su cine más underground o el más hollywodiense. Por lo que he podido entender, ha respondido que eran diferentes, que ambos costaban igual, pero desde distintas facetas: en el cine de Hollywood se tienen muchos más medios, cierto, pero eso conllevaba tener que lidiar con esos grandes presupuestos. Al final, resumía Waters, son un negocio.

Otra pregunta de sumo interés ha sido la referente a su película de culto “Pink flamingos”, de la que se cumplen cincuenta años de su estreno. Waters ha destacado que la recuerda con cariño y alegría, que fue todo un poco loco, pero que no puede sino admirar lo que consiguió en aquella época.

Se ha contado, con respecto a “Pink flamingos”, una divertida anécdota relacionada con la faceta de monologuista de Waters y es que este y Divine acudían a hacer un monólogo por diversos locales con el director interpretando el papel de hippy. Al final, la artista y el director acababan arrojando cabezas de pescado al público mientras unos falsos policías intentaban echarles del escenario. Todo muy a lo Waters.

Todo esto salió a colación cuando se avisó que el día siete por la tarde, Waters ofrecerá un único pase de su monólogo “Falso Negativo” en el Teatro Cofidis Alcázar.

Obviamente, también se ha mencionado el nombre de Johnny Deep, ya que se presentó el lunes 6 un homenaje a su película “CryBaby”, protagonizada por el entonces desconocido intérprete que ahora está tan en boca de todo el mundo.

La verdad es que John Waters se ha mostrado encantador. Se nota que le gusta tener un público, que domina los tiempos y le encanta gastar bromas. No ha perdido un ápice de irreverencia.

La X edición de RIZOMA no solo vuelve con grandes títulos y personalidades del cine, sino que aprovecha para dar el pistoletazo de salida a la apertura de las convocatorias de las dos secciones competitivas del festival: el X Premio RIZOMA de CINE, consolidado como una de las principales plataformas para las nuevas voces del cine español, y el Premio Surrealismo Contemporáneo Internacional, que en su cuarta edición celebra un año más el legado surrealista del cine español y ofrece una selección de los trabajos internacionales de autor con ese marcado toque surrealista bien por su temática o por su estética.

Y, aunque el festival da comienzo en este mes de junio, se podrá disfrutar de el también en noviembre, desde el quince al veintiuno de dicho mes.

Nada más. Lo he pasado genial en esta primera aventura y poder compartir sala con un genio como Waters ha sido todo un honor.