Dimensiones ocultas, o cómo viajar entre terrores

Editorial Dimensiones Ocultas

Idioma: Español

Páginas: 228

Antología de terror

Sinopsis:

Hemos reunido a 14 autores alucinantes para que nos abran los portales que llevan a las dimensiones más flipantes, desde los mundos bizarros y surrealistas de Elio Quiroga, Santiago Eximeno y Toni Cifuentes o el Extreme Horror de Miguel G y S.A.M, pasando por zombies, momias, vampiros, psicópatas, monstruos de leyenda, fantasmas y youtubers, que vienen de la mano de autores como Juan Flahn, Erica Couto-Ferreira, Rebeca García-Cabañas Garrido, Martha Barilari, Rafael Díaz Gaztelu, Mario Martín, Enrique Cordobés, Katherine Vega y Aureliano Rocamora.

Todo un honor contar con ellos, y con los universos que han creado, en esta primera antología de la editorial.

Opinión personal de Tamara López:

Como siempre pasa con todas las antologías, no todos los relatos nos pueden encantar, así como tampoco es normal que ninguno de ellos nos guste. Dimensiones ocultas, primera publicación de la editorial homónima, me ha gustado bastante en general, aunque me gustaría destacar algunos relatos por encima de otros:

Mal de montaña, de Katherine Vega, ha sido uno de mis favoritos. El vértigo de la escalada, el frío en los huesos y el Yeti se unen en un relato que nos traslada a la cima del Everest. Creo que, con muy poco ingredientes, Katherine consigue que acabemos relamiéndonos. Por otro lado, destacaría también Madre de dos, de Erica Couto-Ferreira, una historia que me aterrorizó, sobre todo por ese miedo que todas las madres tenemos ya para siempre tras dar a luz. Spirit Box, de Juan Flahn, me ha parecido también muy entretenido, sobre todo por el inesperado giro final.

Sin embargo, y situándonos en la otra cara de la moneda, ha habido algunas historias que, por un motivo u otro, no han sido del todo de mi agrado. Por ejemplo, El padre, de Toni Cifuentes. Mirad que me gusta lo raro, el terror extremo... pero ha sido demasiado bizarro hasta para mí. Gatúbelo, de Mario Martín, tampoco me ha terminado de llegar del todo; y Varcolac, de Rafael Díaz Gaztelu, quizá ha sido mi menos favorito, ya que trata unos temas que no son del todo mi estilo, en este caso, el hiperespacio.

Ojo, no digo que unos relatos sean mejores que otros, simplemente que a mí, por una razón u otra, me han gustado más o menos. Pero vuelvo a repetir: Dimensiones ocultas es, en general, una buena antología, muy disfrutable, entretenida, adictiva y con subgéneros del terror para todos los gustos.

¡No os la perdáis!