La centrocampista murió al amanecer, o cómo hacer novela negra reivindicativa

La centrocampista murió al amanecer

Autor: Antonio Castro Guerrero

Editorial: Libros Cúpula

Formato: 15 cm x 23 cm

Rústica con solapas

PVP c/IVA: 15,95€

A la venta el 15 de septiembre de 2020

Sinopsis:

Una llamada anónima advierte de que hay un cadáver en una de las plataformas de las torres

de iluminación del estadio Vicente Calderón, que se encuentra en pleno proceso de

demolición. El cuerpo sin vida corresponde a Nadia Coronado, una jugadora de veintidós

años y estrella de un equipo modesto de Primera División de fútbol femenino, que vive

inmerso en la angustia por no bajar y en la lucha laboral por conseguir el primer convenio

colectivo.

Todo apunta a que Nadia ha sido asesinada. La inspectora de homicidios Sol Trocás, que

está a punto de cumplir la cincuentena y se encuentra inmersa en un dilema vital, será la

encargada de resolver el caso junto a la subinspectora Gemma Silom. Ambas policías no

solo tendrán que averiguar quién mató a Nadia; también durante sus pesquisas deberán

enfrentarse a otro problema: el machismo aún resistente en una parte de la sociedad.

La centrocampista murió al amanecer es una novela de temática policíaca, con un título

que es un claro homenaje a Manuel Vázquez Montalbán, que supone además una denuncia

del machismo que impregna la sociedad y que evidencia aún más, en el ámbito femenino.

En la novela se trenzan con habilidad y solvencia todos los códigos del género con una

protagonista bien definida y una trama que logra captar la atención del lector desde el

primer momento y que va manteniendo la intriga y el ritmo hasta el final. Una novela

sólida, amena y bien construida que hará las delicias de los amantes del género negro, pero

en un escenario poco habitual: el mundo del fútbol por dentro y en concreto el del fútbol

femenino cada vez más de actualidad.

Opinión personal de Sergio Salvador Campos:

Desde que el Real Betis Balompié, equipo de mis amores, creó su sección de fútbol femenino, mi interés por esta competición ha ido aumentando año tras año, por lo que soy consciente de los problemas que las jugadoras de fútbol encuentran a la hora de dedicarse a su pasión de manera profesional. Por eso, me ha resultado especialmente interesante esta novela corta galardonada con el II Premio Carlos Matallanas a la Novela Breve, ya que expone algunos de esos problemas antes mencionados de manera clara y concisa. Y es que, no es que haya una evidente diferencia en el salario con sus compañeros de fútbol masculino, algo que considero más o menos normal, pues considero que va en función de lo que genera cada modalidad, el verdadero problema es que las futbolistas veían coartados sus derechos laborales más básicos. Y hablo en pasado de este hecho porque parece que han empezado a ponerse las bases para ir corrigiendo parte de estos problemas. Aunque ya sabemos que las cosas de palacio van despacio.

He querido empezar con esta característica de la novela porque la parte policiaca no es demasiado espectacular… Vamos a ello:

Un youtuber se cuela una noche en los restos del Vicente Calderón para poder grabar el amanecer desde las gradas cuando, por la mañana, descubre a una joven muerta en el césped. La investigación llevará a las inspectoras Sol Trocás y Gemma Silom a adentrarse en los entresijos del fútbol femenino para encontrar al asesino de la chica.

La historia es sencilla y resulta agradable acompañar a las inspectoras en sus pesquisas mientras van soltando detalles de su vida personal que sirven para darle trasfondo a sus personajes y, a la vez, entender que el mundo en el que se mueven aún está atrasado en ciertos temas. El misterio me ha resultado, eso sí, bastante previsible, y me ha faltado algo de acción en la novela. Ojo, acción, no ritmo, ya que de esto la novela va sobrada.

El relato está escrito con un lenguaje sencillo y directo, sin florituras que no vendrían a cuento en este contexto. Los personajes principales son tridimensionales y están muy bien escritos, quedándome con la sensación de que hay cierta atracción entre las protas (algo que puede estar exclusivamente en mi cabeza, lo admito) y su lectura es fácil y agradable, aunque como dije, me haya resultado pelín previsible.

Una lectura que no cambiará la vida de nadie, pero le hará pasar una tarde en buena compañía.