Título original: Ares.
Temporada: 1.
Número de capítulos: 8.
Duración: 28 minutos aprox.
Año: 2020.
País: Paises Bajos.
Dirección: Pieter Kuijpers, Iris Otten, Sander van Meurs, Giancarlo Sánchez, Michiel Ten Horn.
Guion: Matthijs Bockting, Pieter Kuijpers, Michael Leendertse, Sarah Offringa, Iris Otten, Joost Reijmers, Pieter van den Berg, Thomas van der Ree, Sander van Meurs.
Reparto: Jade Olieberg, Tobias Kersloot, Lisa Smit, Robin Boissevain, Frieda Brnhard, Hans Kesting, Rifka Lodeizen, Roos Dickmann, Jip van den Dool, Steef de Bot, Janni Goslinga, Dennis Rudge, Minne Koole, Jennifer Welts, Florence Vos Weeda.
Género: Terror/ Sectas/ Thriller.
Sinopsis:
El comienzo de esta serie no puede ser más inquietante ni sobrecogedor. Los primeros fotogramas nos muestran una sucesión de imágenes que recogen pequeños saltos evolutivos en la vida de una joven, desde que amanece una mañana cualquiera hasta que ingresa en lo que parece ser una exclusiva y muy cara universidad, pasando por su vida allí, su evolución y las relaciones sociales que labra y mantiene, para acabar con un terrible, abrupto y extraño final (que no contaré para hacer spoiler, aunque debo confesar que es un tanto perturbador).
Enseguida pasamos página, y como si esas imágenes previas tan impactantes no tuvieran importancia, nos centramos en la protagonista de la serie. Una chica de clase obrera llamada Rosa que está en su primer año de universidad. Vive y estudia en Amsterdam. A pesar de sus esfuerzos, su vida no puede ser más complicada y carente de alicientes: su madre padece una enfermedad mental que obliga a mantenerla sometida a una estricta vigilancia las 24 horas del día. Su padre trabaja como celador en un hospital en el turno de noche, y entre ambos se turnan para poder estar con ella.
Si a eso le añadimos que la monotonía del día a día le resulta a Rosa cada vez más insípida, unido a que la forma de impartir las clases en la universidad no le atrae lo más mínimo, nos enfrentamos a una cadena de consecuencias emocionales con una gran carga negativa para ella.
Rosa es ambiciosa, luchadora por naturaleza y quiere aspirar a más. Pero sabe que de alguna forma está anclada a ese mundo, a esa forma de vida, así que por mucho que lo intente, le será muy difícil escapar de él.
Su visión de ver la realidad que le rodea dará un vuelco la noche en la que aparezca en la puerta de su apartamento Jacob, un antiguo amigo del que hace tiempo que no sabe nada. Aunque de inicio está molesta con él por ese motivo, finalmente acepta salir a cenar con él y despejarse así al menos unas horas.
Durante la cena, unos chicos que parecen pertenecer a un mismo grupo y de un estrato social adinerado, saludan desde lejos a Jacob. Aunque él intenta evitarlos, la insistencia de Rosa hará que sus caminos se crucen, cambiando para siempre su destino. Tras compartir parte de la velada junto a esos "supuestos" amigos de Jacob, y después de una noche en la que sus sueños se verán asaltados por terribles pesadillas, Rosa amanecerá con un sobre junto a su cama que contiene una enigmática invitación.
Todo ello la conducirá hasta Ares, una supuesta hermandad elitista en la que entrará pese a no pertenecer a la misma clase social que el resto, y en contra de la opinión de Jacob, que le insiste una y otra vez que abandone. Pero las ansias de nuestra protagonista de cambiar su futuro y su vida, la arrastrarán a un mundo sectario, donde pronto empezarán a acontecer extraños sucesos y que la envolverán en una historia de perversión y oscuridad de la que le será difícil escapar.
Opinión personal de David P. Yuste:
Nos encontramos con otra producción de Netflix, en esta ocasión llegada desde los Países Bajos (Holanda).
En Ares nos hallamos ante una historia centrada en las sectas, todo el secretismo que las rodea, así como las conspiraciones y fuerza de poderes que en ellas existen. Pero también una trama con fuertes connotaciones sobrenaturales y muchas pinceladas de terror.
Una serie que comienza con un ritmo pausa, constante, y que va in crescendo y tornándose cada vez más oscura y siniestra a medida que van avanzando los ocho capítulos de los que se compone.
La ambientación es correcta, y debo decir que su argumento, así como las tramas secundarias que la componen, la hacen tan atrayente como interesante. Como decía antes, en ella hay cabida para el terror, también para la intriga, y sobre todo para mucho suspense, el cual será la nota predominante en esta obra macabra y no exenta de perversión.
La interpretación de sus actores es efectiva, así como el ritmo de los capítulos y la manera en que se narran los hechos que van acaeciendo. Sí es cierto que algunos personajes en determinados momentos da la impresión de que pierden fuelle, hasta el punto de que dejan de tener la relevancia que en un primer momento parecía que podrían llegar a tener.
También tengo que mencionar que, a mi parecer, se desinfla un poco cuando llegamos a su último episodio, el cual creo que es algo precipitado y que queda abierto, tal vez a la libre interpretación del espectador.
Si obviamos este punto y nos centramos en su contenido, el cual es bastante atractivo, y en la trama que es lo que realmente define si una serie funciona o no, creo que es un trabajo bastante digno y entretenido.
Me acabas de descubrir la serie pero me temo que no es para mí, eso sí va completamente con los gustos de mi pareja así que se la comento =)
ResponderEliminarLe echaré un vistazo.
ResponderEliminarBesos.
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que no me llama nada la atención.
Saludos
No la habia visto por Netflix, en principio no me atrae la trama, pero no la descarto.
ResponderEliminarBesitos
Hola! Esta serie no es para mí pero gracias por la crítica.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola, no conocía de esta serie, no obstante, no creo que me anime con ella.
ResponderEliminarBesos desde Promesas de Amor, nos leemos.
Me produce algo de curiosidad, así que le echaré un vistazo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola!
ResponderEliminarpues me ha gustado hasta llegar al último capítulo, no me hace gracia que se quede abierto ni que se desinfle todo.
Besos!
No la veo para mí
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