Sinopsis:
Una gran urbe. La noche cae espesa y
oscura sobre ella como si fuera a tragársela en cualquier instante. Un
motorista cruza sus calles con un rumbo fijo, y parece tener claro su destino.
Aparca frente a la entrada de un hotel, y coge en recepción una habitación.
Su nombre es Franco, y es un
delincuente habitual que busca a su hermana. Todas las pistas le han llevado
hasta ese sitio lóbrego y desfasado, en el que no tardará en toparse con una
suerte de personajes tan extraños como aviesos o, cuanto menos, con oscuras intenciones
no demasiado claras.
Para encontrar a su hermana, debe localizar a una mujer mayor y una joven albina que se alojan desde hace tiempo en una de las habitaciones del establecimiento. Tras una primera toma de contacto, la anciana, con un deje huraño, le pide dinero por adelantado y que espere a la luna nueva. Durante ese breve encuentro, Franco conocerá a la chica que posee poderosas facultades, dándole indicios de que sabe qué es lo que busca nuestro protagonista.
A la vez, dos personas más entrarán en contacto con él. Por un lado, Rubí. Una joven que siente una fuerte atracción por él, la cual además está obsesionada con que están conectados, y a la cual ayuda a regresar a su habitación tras ser golpeada una noche por un tipo vestido de negro.
La segunda, un hombre de avanzada edad,
tan extraño como el resto de personajes que habitan el edificio, el cual le
dará un libro escrito por él mismo titulado Fuego Negro (de ahí el título del
film), y que le hace otro vaticinio: tanto él como la chica (haciendo alusión a
la muchacha albina, le estaban aguardando).
Poco a poco, Franco irá
introduciéndose en una trama cada vez más compleja y enrarecida con el único
fin de encontrar a su hermana al precio que sea, y cueste lo que cueste.
Opinión personal de David P. Yuste:
Una nueva apuesta de Netflix,
de producción mexicana recién estrenada en este 2020.
A camino entre una cinta de terror
gótico, dada la atmósfera oscura y asfixiante que reina en el hotel, y en el cual
se narra gran parte de su guion; y un largometraje de acción, Fuego
Negro es una película, sin duda, de lo más singular.
Extraña a veces. Otras, incluso
incomprensible, ya que no alcanzas a comprender del todo muchos de los insólitos
eventos que tienen lugar en ella. Sin embargo, posee algo atrayente, casi hipnótico.
Lo cual te impide dejar de verla hasta que llegas al final.
Como también decía antes, el
oscurantismo que rodea los ochenta minutos que dura, te impiden terminar de
relajarte, sintiendo la tensión, a sabiendas de que en cualquier momento puede
ocurrir lo más imprevisible.
Llega incluso un momento en el que eres
incapaz de discernir en ella entre lo que es real de lo que no. Igual que
cuando sigues dormido y sueñas que estás despierto, y aún así algo te dice que
no es cierto.
Una producción que, en ocasiones, parece
rodada por el mismísimo Robert Rodríguez puesto hasta las cejas de alucinógenos, tratando de
reproducir una nueva y renovada versión de su famoso blockbuster Abierto
hasta el amanecer, solo que en un siniestro hotel, lleno de abyectas
criaturas y enfermizos personajes.
Con su propio ritmo, pausado pero
efectivo. Con unos personajes tan singulares como fascinantes, y un argumento
simple pero eficaz, Fuego Negro es, en definitiva, una propuesta
que promete dosis de entretenimiento. Eso sí, sin grandes ambiciones, tan solo
el mero afán de distraer al espectador.
Uy esta no para mí pero gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Hola!
ResponderEliminarNo la conocía de nada, pero me la apunto.
¡Un saludo!