Diván del Tamarit, o cómo no olvidar la barbarie de la guerra

Titulo: Diván del Tamarit

Autor: Federico García Lorca

Editorial: CATEDRA

Fecha Publicación:  24 Mayo 2018

Número de páginas: 208

Sinopsis:

El Diván del Tamarit es la constatación final de cómo Lorca supo asimilar el artificio. Su último poemario es una quimera, un decorado con fondos pictóricos de colores y luces vivas, rebosante de jardines metafóricos en los que las rosas "quieren ser otra cosa". El poeta toma la tradición árabe, un pasado donde el imaginario de los sentidos, la noción de voluptuosidad parece haber sido desarrollada como en ninguna otra época histórica. El objetivo final es ese gran homenaje al erotismo, por lo que cada figura, cada matiz, cada paisaje construido, tiene un doble significado que viene a jugar con un concepto: sensualidad. 

Opinión personal de María Pizarro:

Si te gusta la poesía, debes haber leído algo de uno de los mejores poetas, dramaturgo y prosista que el mundo vio nacer el 5 de Junio de 1898, el gran Federico García Lorca.

Fue reconocido por su manera de reflejar su entorno, expresiones, costumbres y música de la España rural, y por ello formó parte de la Generación del 27. Esta generación se caracterizaba porque en ella se encontraban los escritores y poetas más influyentes de la España del siglo XX. Cabe destacar que las mujeres también tenían su propio espacio, y se las conocía como “Las Sinsombrero”.

Pero volvamos al ejemplar del que os voy a hablar hoy, Diván del Tamarit, que la editorial Cátedra me envió hace unos días. Esta edición está dedicada a los versos del último poemario de García Lorca. Considerada como su obra culmen, en ella encontraremos una colección de poemas divididos en dos grupos, casidas y gacelas, donde Lorca rinde homenaje a los poetas árabes de Granada.

El autor aborda a partes iguales amor y muerte. La temática amorosa recae en el apartado de gacelas, mientras que la muerte se centra en los versos que encontramos en casidas. Un imprescindible edición que no solo es poesía, también encontraremos un exhaustivo estudio sobre la forma en la que el autor escribía.

La guerra solo trae muerte, independientemente de en que bando decidas o te impongan estar, y fue en 1936, al poco de comenzar la Guerra Civil española, cuando el mismo mundo que vio nacer a este poeta, también lo vio morir fusilado. Por ello, y tras considerar que cada uno de sus poemas son un legado para nuestra cultura, este ejemplar, para mí, es uno de los más importantes ya que, como decía anteriormente, fue lo último que nos regaló este visionario de la prosa.

Aquí dejo uno de mis preferidos, el cual, sin poder evitarlo, releo una y otra vez, encontrando siempre nuevos matices:

Casidas IX de las palomas oscuras

Por las ramas del laurel 

vi dos palomas oscuras. 

La una era el sol, 

la otra la luna. 

«Vecinita», les dije, 

«¿dónde está mi sepultura?» 

«En mi cola», dijo el sol. 

«En mi garganta», dijo la luna. 

Y yo que estaba caminando 

con la tierra por la cintura 

vi dos águilas de nieve 

y una muchacha desnuda. 

La una era la otra 

y la muchacha era ninguna. 

«Aguilitas», les dije, 

«¿dónde está mi sepultura?» 

«En mi cola», dijo el sol. 

«En mi garganta», dijo la luna. 

Por las ramas del laurel 

vi dos palomas desnudas. 

La una era la otra 

y las dos eran ninguna.

Sus huesos yacerán bajo la tierra que un día pisó firmemente defendiendo la libertad de su pasión, y la fuerza de sus poemas le devolverán eternamente a la vida, cada vez que alguien los lea, sienta y ame. Por eso hay que  mantener viva nuestra memoria histórica, para que no se vuelvan a repetir sucesos como estos, y perder así a los grandes talentos de la humanidad. Porque sin nos quitan la cultura, ¿qué nos queda?