Presentación, pase gráfico y opinión de `Hécate y la frontera´

Fotografía: Daniel Pérez/Factoría Echegaray

Presentación:

El lunes por la tarde, Tony Jiménez y yo asistimos al Teatro Echegaray para la presentación y pase gráfico de la obra "Hécate y la frontera", donde pudimos charlar con Jose Padilla, su director. Entre otras cosas, nos contó que es una obra para que cada uno la interprete como quiera, y que es una "bendita montaña rusa" para el espectador. Según nos explicó, es una obra que puede disfrutar todo tipo de público, mezclando drama y comedia, y que le gustaría que al salir del teatro nos llevásemos una incógnita que no tuviésemos al entrar. Fue un encuentro muy cercano y satisfactorio, pues también pudimos disfrutar del ensayo general, donde vimos que las actrices iban a darlo todo. Y así fue.

Sinopsis:

Tres mujeres planean introducir en Europa a un grupo de refugiadas, todas ellas mujeres jóvenes musulmanas. Elena y Virginia trabajaron para la misma empresa de telefonía como teleoperadoras; Ioana era la limpiadora. Las tres fueron despedidas cuando la empresa trasladó sus oficinas de atención al cliente a Colombia. La acción transcurre en la casa de Virginia, donde ha llegado Elena con Ioana, un personaje peculiar con quien Virginia no contaba para el viaje.

Opinión personal:

Anoche, por fin, acudimos al estreno, donde no cabía un alfiler. Para mí es una alegría ir al teatro y verlo lleno, siendo el Echegaray un sitio acogedor que bien lo merece. En el escenario, dos cajas. Virginia (Ana Varela), está esperando a Elena (Carmen Baquero), que aparece con Iona (Almudena Puyo). Las tres planean introducir en Europa a siete mujeres refugiadas a través de la frontera de Andorra. Poco a poco vemos como cada una de ellas tiene su propia opinión sobre el tema, llegando a generar desconcierto en el espectador... porque ambas tienen razón.

La obra trata temas como la inmigración, la poca integración laboral de la mujer, los despidos para abaratar costos o el afán de consumismo que tenemos en el primer mundo. Las tres actrices, de verdad, nos parecieron sublimes. Almudena Puyo es admirable por cambiar tanto la actitud como el acento, dando un monólogo que no se aprendería cualquiera. Carmen Baquero fue la que más me tocó la conciencia.... pero si me lo permitís, yo me quedo con Ana Varela. Nunca había visto actuar a esta chica, pero no veas cómo lo hace. Su papel, bajo mi punto de vista, es el que lleva todo el peso de la trama, diciendo verdades como puños... aunque duelan o no queramos verlas.

Desde luego, es una obra que te hace pensar, pues trata un drama humano que lamentablemente sigue latente, y lo hace de forma que te convence de los dos puntos de vista, el humano y el ambicioso. Os quiero resumir la obra con una frase dicha por el personaje de Almudena Puyo que me llegó muy adentro: