Teatro: La piel

Texto y dirección: Valeria Alonso

Desde el 7 de septiembre en el Teatro Pradillo

Teresa Rivera se mete en LA PIEL, una obra sobre la deshumanización y la transformación del ‘con-tacto’ entre personas.

Sinopsis:

LA PIEL es un hermoso y poético montaje con dramaturgia y dirección de Valeria Alonso, imaginado y llevado a cabo por Teresa Rivera, que se introduce en la decadencia de la crisis vincular que nos rodea: el vínculo entre las personas, en la sociedad y con nosotros mismos. Reflexiona con humor e ironía, la desconexión actual, la paradoja de las redes sociales, con su supuesto crecimiento y expansión en términos de comunicación. Aborda la temática de la muerte como una necesidad de dejar morir lo antiguo y disfuncional, como única forma de continuar, aceptando las heridas y las marcas que la vida y la piel se encargan de visibilizar.

Opinión personal:

La temperatura cambió considerablemente, las chaquetas cogen protagonismo y la piel se esconde, tiene nuevas capas. Hoy me estreno en el Teatro Pradillo, con la obra "La piel”, escrita y dirigida por Valeria Alonso.

Una especie de cabina transparente en el centro, una gran alfombra blanca cubre el escenario. La gente entra rápido y con un mensaje claro en la entrada: “tener el móvil en modo avión”. Todo está listo, ¡Que comience el espectáculo!

Un cocktail molotov de emociones que te agarra desde el principio y no te suelta, explota. Una historia contada en cinco actos, que nunca te deja indiferente, perdido. Un cambio de piel, un viaje a lo desconocido. Conflictos de comunicación, redes sociales, comida basura... "Cuando comes mierda se ve muy claro en la piel". Recuerdos mezclados con acordes flamenco, un centro para suicidios, y la muerte. ¿Quieres saber cuándo morirás? Puede ser que tengas respuesta.

Una propuesta que te abre los poros de sensaciones, llena de carcajadas y reflexión. Un monólogo interpretado con maestría por Teresa Rivera, haciendo participe al público en todo momento, entrando dentro de su piel, cambiando de color, mudándola con ella.

Solo me queda recomendar esta bella obra, donde la música, el buen diseño de vestuario y escenografía de la gran Elisa Sanz, y una provocadora y bien trabajada propuesta escénica te dejará con ganas de más, de llamarla por teléfono, de seguir sabiendo de ella.