Entrevista a Víctor Devesa, autor y director de Demasiado bonito para ser verdad

director, teatro, Victor devesa, microteatre

"A lo mejor lo bueno todavía está por llegar"

¡Hola Víctor! Lo primero, darte la bienvenida a mi web, es un placer para mí tenerte aquí. Cuéntame, ¿cómo es un día normal en tu vida?

Hola Chica Sombra, encantado de estar por primera vez en tu web, es un placer. Pues me levanto, lucho contra el sueño y voy a la oficina de nuestra productora audiovisual, Contraplà, que he fundado junto a mis dos socios, remando por hacernos un hueco en el mundo publicitario y en el terreno audiovisual, con la máxima ambición. Y en el tiempo que no tengo ocupado con la productora, trabajo en mis proyectos personales, tanto en cine como en teatro, como este último, Demasiado bonito para ser verdad, una obra de microteatro que ha sido una experiencia espectacular.

Eres guionista y escritor de la obra “Demasiado bonito para ser verdad”, que ha estado durante todo el mes en Microteatre Valencia. ¿Qué tiene que la haga diferente?

Hemos intentado trasladar la sensación que te puede transmitir una obra larga condensada en 15 minutos. En ese sentido hemos tratado de respetar al máximo el formato teatral, la cuarta pared. Ha sido nuestra apuesta en un espacio en el que también se puede transgredir. Sin embargo, el tema que trata es súper actual, moderno, da que hablar al salir de la sala, lo cual era uno de los objetivos, que la gente siguiera debatiendo sobre la obra después de verla, que se les quedara en la retina.

En ella, encontramos una sencilla sinopsis que nos cuenta que una pareja va a cenar, pero con una invitada muy especial... ¿nos va a sorprender esa invitada?

Nos sorprende mucho. Es la llegada de esa invitada lo que supone el detonante de la obra. Uno de los dos no está de acuerdo con su llegada, y eso desencadena la discusión entre ellos, los trapos sucios salen a la luz, lo que nos permite disfrutar de momentos cómicos, pero también dramáticos, pues no deja de ser una situación en la que los actores transmiten mucha verdad.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de dirigir a Paula y Félix, los actores protagonistas?

Lo mejor, todo. Lo mucho que he aprendido de ellos, lo mucho que he disfrutado viéndoles una y otra vez. De hecho, yo he estado casi todos los días en Microteatre Valencia, viéndoles pase tras pase, ensayos aparte, y a día de hoy, que ya hemos acabado, todavía no me he cansado de verles haciendo la función. Lo malo, que ya se haya terminado la aventura, lo echaré de menos.

¿Por qué Microteatro? ¿Qué ventajas tiene, para ti, este formato que tanto adoro?

Porque al ser mi primera pieza teatral, tanto escrita como dirigida, me parecía una buena manera de romper mano, de adentrarme por primera vez en este mundo que tanto me ha fascinado como espectador. Yo que vengo del mundo del cine y audiovisual, lo veo como los cortometrajes en el caso del cine, una manera de empezar. Al margen de que cada vez que he ido a Microteatro, he disfrutado mucho, me parece un formato muy atractivo.

En el cortometraje “Nunca te olvidaré”, has dirigido al gran Emilio Gutiérrez Caba. ¿Cómo ha sido esta experiencia? ¿Qué has aprendido de él?

Fue espectacular. Un buen trampolín que nos llevó hasta el Festival de Málaga. Y un rodaje difícil de olvidar ya que en ese momento casi todo el equipo técnico éramos estudiantes, por lo que grabar con Emilio Gutiérrez Caba fue todo un reto, sentimos presión por estar a la altura, pero creo que logramos un resultado satisfactorio.

¿Me puedes contar algo sobre tus próximos proyectos?

Ahora mismo centrarme en Contraplà, nuestra productora, para llegar lo más lejos posible. Y, en el plano personal, creo que lo más seguro es que vuelva a escribir teatro, antes que audiovisual, pero algo de mayor duración, en formato más grande. Tengo muchas ganas y ambición de levantar una obra larga, de hecho tengo un par escritas, y me fliparía estrenar en teatro grande, con todo un patio de butacas disfrutando de este maravilloso arte.

Por último, explícame alguna situación de tu vida en la que pensaste que era todo demasiado bonito para ser verdad.

Varias veces, aunque prefiero no pensar así porque veo como una connotación negativa a la frase. Cuando pasa algo bueno creo que debemos empezar a dejar de pensar en cuándo acabará o si hay gato encerrado, y empezar a disfrutar de ese momento, ¿por qué tiene que ser demasiado bonito? A lo mejor todavía no lo es lo suficiente, y lo mejor está por llegar.

¡Muchas gracias, Víctor!