Macabrismos por Rain Cross: Enriqueta Martí

Más conocida como “La Vampira de Barcelona” o “Vampira del Raval”, Enriqueta Martí Ripollès fue una asesina en serie española que sembró el terror en las calles del famoso barrio barcelonés.

Nacida en Sant Feliu de Llobregat en 1868, se mudó a Barcelona para trabajar de niñera pero acabó ejerciendo la prostitución. Se casó con un pintor con el cual mantenía una relación intermitente pero del cual nunca se llegó a separar legalmente. No tuvo hijos.

El número de víctimas que se le atribuyen son veinticinco, aunque posiblemente fueron más los niños asesinados por esta despiadada mujer, convirtiéndola en la asesina más mortífera de Catalunya.

Enriqueta mataba desde bebés a niños de nueve años de los cuales aprovechaba todas las partes de su cuerpo para fabricar ungüentos y pócimas que según decía, eran milagrosas contra las enfermedades de la época y elixires que prometían la eterna juventud.

Otras teorías dicen que mantenía a los niños con vida hasta que conseguía un cliente y era entonces cuando les abría en canal para que pudieran beber directamente de sus cuerpos.

Cuando Teresa Guitart, de cinco años, desapareció en 1912 sin dejar rastro mientras paseaba con su madre y la policía emprendía la búsqueda de la pequeña, Clàudia Elias, vecina de Enriqueta, alertó a las autoridades al ver a una niña asomada a la ventana del piso de la mujer, cosa que le extrañó ya que sabía que Martí no tenía hijos.

La policía acudió al aviso y entró en el domicilio situado en el entresuelo del número 29 de la calle de Ponient (actual, Joaquín Costa), donde descubrieron a dos niñas con la cabeza rapada y desnutridas.

Una de ellas se trataba de la pequeña que andaban buscando; de la otra, de nombre Angelita, se desconoce aún hoy su verdadera identidad.

Teresa relató como Enriqueta la separó de su madre prometiéndole unos dulces, pero al ver que se alejaban demasiado se asustó, a lo que la mujer la tapó con un trapo negro y la llevó a su domicilio. Allí permaneció recluida hasta el día de su liberación.

Por su parte, Angelita dijo haber visto como Martí asesinaba a un niño en la mesa de la cocina. Cuando la policía le preguntó por la identidad de Angelita, la mujer, que en un primer momento manifestó que la niña era su hija, confesó que se trataba de la hija de su cuñada, a la que secuestró diciendo a su madre que el bebé había fallecido al nacer.

En el domicilio de Martí encontraron una lujosa habitación, muy diferente al resto de la casa, siendo ese fue el descubrimiento más amable del lugar. En un hueco escondido en la pared habían huesos pertenecientes a niños, y una de las habitaciones de la casa horrorizó a los agentes al encontrar jarras, palanganas y demás cosas llenas de restos humanos que se decía que Enriqueta utilizaba para crear sus “remedios”.

La policía decidió investigar los antiguos domicilios de Enriqueta buscando más pruebas de sus horribles actos. En un piso de la calle Tallers encontraron dos cabelleras rubias de niñas, en la calle Picalqués descubrieron detrás de una pica un osario de diminutos huesos infantiles y en un jardín de la calle Jocs Florals fueron descubiertos el cráneo de un niño de tres años y huesos con tela aún adherida a ellos de niños de tres, seis y ocho años. Los restos hallados concluyeron que la mujer secuestraba a niños de familias humildes pensando así que saldría impune de sus crímenes.

Martí llevaba una doble vida. Durante el día, parecía una mendiga e iba pidiendo limosna por las calles, pero en cuanto llegaba la noche, se vestía con llamativos vestidos y se marchaba en lujosos coches, hecho que hizo que el rumor de sus ricos clientes cobrara más fuerza.

A parte de los restos humanos, en su piso de la calle Ponent encontraron una lista con nombres de personas adineradas e influyentes de la época. La gente, al enterarse, quiso justicia ya que dedujeron que se trataba de los clientes de Enriqueta, y por tanto, causantes también de las muertes de los pequeños, pero las autoridades, tratando de calmar a la población y con el temor de enfrentarse a una turba enfurecida, hicieron que el diario ABC publicara un artículo explicando que la lista tan sólo contenía los nombres de las personas a las que Enriqueta pedía limosna y habían sido estafadas por la mujer.

Nunca se sabrá si eso era real o si bien fueron cómplices de la matanza de niños creyendo que con ello sanarían sus males y serían siempre jóvenes.

Martí fue detenida y enviada a la prisión Reina Amàlia. Falleció en 1913 antes de ser juzgada por sus crímenes.

Algunos dicen que fue un cáncer de útero lo que acabó con ella, otros, que fue linchada por las demás reclusas, pero lo que sí es seguro es que jamás pagó ante la justicia por las horrendas muertes que cometió y que aún hoy en día, la llamada “Vampira de Barcelona” consigue estremecernos por la crueldad de sus actos.

Fuentes:

- Wikipeadia

- Viquipèdia

- El Libro de los Asesinos, de Alicia Misrahi