Puede que su nombre os suene si habéis visto la tercera
temporada, con el sobrenombre de Coven, de American Horror Story, o si os gustan las historias de asesinos en
serie.
Y es que el infierno que LaLaurie creó en su propia casa y que se descubrió a raíz de un
gran incendio le ha concedido el sobrenombre de El Monstruo de Luisiana.
Pero empecemos por los inicios: Delphine Macarty fue una mujer nacida hacia 1775, de inmigrantes
irlandeses, que se establecieron en Luisiana, Nueva Orleans.
Después de casarse dos veces y tener a cinco hijos, conoció
a Louis Nicolas LaLaurie, médico de
profesión, con el cual se casó por interés y gracias al que gozó de una
posición privilegiada en los círculos sociales de su ciudad.
Poco después de que Madame
LaLaurie, como era conocida en aquella época, comprara y reformara la
famosa casa del 1140 de Royale Street, comenzaron los rumores de
maltrato hacia sus esclavos. Algunos vecinos incluso explicaron que fueron
testigos de algunos de ellos, como es el caso de Lia (o Leah), una niña
de doce años y esclava de LaLaurie,
que un vecino asegura haber visto como caía desde el tejado de la mansión
tratando de escapar de las amenazas de castigo de Delphine, todo porque la pequeña le había tirado del pelo cuando la
cepillaba.
Este suceso fue investigado y la policía obligó a los LaLaurie a dejar ir a nueve esclavos…
pero no por mucho tiempo, ya que en cuanto pudieron, los volvieron a comprar.
El 10 de abril de 1834, se originó un incendio en la cocina
de la mansión LaLaurie. Los bomberos
entraron y sofocaron las llamas en poco tiempo. Al llegar a la cocinas,
descubrieron que los esclavos que allí se encontraban estaban encadenados y que
fueron los culpables del incendio, en un intento desesperado de ser rescatados.
Tratando de averiguar si todos los inquilinos de la casa,
incluidos los esclavos, se encontraban bien, pidieron a Delphine y su marido la llave del ático, pero éstos se negaron a
dársela por lo que tuvieron que entrar allí a la fuerza… y lo que encontraron
les horrorizó.
Varios cadáveres colgaban del techo atados con cuerdas con
varios de sus miembros seccionados. Había una mujer anciana con una gran herida
de la cabeza que no podía ni caminar, y otra estaba completamente desnuda con
un collar de hierro con espinas, anclada por cadenas a la pared y con heridas
de latigazos por toda su espalda. Por las calles se rumoreaba que a LaLaurie le gustaba desollar vivas a
algunas esclavas y jugar con su piel y que se untaba la sangre aún caliente de
algunas de sus víctimas para rejuvenecer. También se contaba que castró a uno
de sus esclavos por diversión, les cosía los ojos y cortaba la lengua para que
no gritaran, les abría en canal dejando que los intestinos cayeran de su cuerpo
y dejándoles morir lentamente… y que incluso tenía una mesa con instrumental de
tortura.
En el jardín de la mansión, encontraron cadáveres
enterrados, incluso el de un niño, con signos de crueldad extrema en sus
cuerpos.
Al enterarse de todo lo que ocurría en la mansión, sus vecinos,
enfurecidos, entraron en y destrozaron todo lo que allí había, dejando tan sólo
intactas las paredes. Increparon a las hijas de Delphine, que gracias a la ayuda de la policía, consiguieron salir
con vida.
Delphine LaLaurie
huyó del lugar, y se rumorea que pasó el resto de su vida en París, dato que
podría ser cierto ya que, en 1930, Eugene
Backes, enterrador del cementerio #1 de Saint Louis, encontró una placa en
el pasillo 4 del cementerio con la siguiente inscripción: “Madame LaLaurie, née Marie Delphine Macarty, décédé à Paris, le 7
Décembre, 1842, à l'âge de 6- (Madame LaLaurie, nacida Marie Delphine
Macarty, murió en París, el 7 de diciembre, 1842, a la edad de 6-
años).”
En Nueva Orleans, la ciudad que la vio nacer y crecer, aún
recuerdan a este infame personaje, y hay personas que afirman haber visto su
fantasma vagar por las calles.
Con los años, algunos historiadores opinan que sí bien era
cierto que maltrató a muchos de sus esclavos, todas las atrocidades que se le
atribuyen fueron infundadas por el populacho de la época, aunque tenemos varios
testimonios gracias a la prensa escrita de sus víctimas donde cuentan su
experiencia y que confirman latigazos, maltrato, confinamiento y estadas
prolongadas en las que LaLaurie no
les dejaba probar bocado.
Su mansión, después de que fuera quemada y saqueada, estuvo
en ruinas hasta 1888, donde la restauraron y la dejaron totalmente diferente.
El actor Nicholas Cage la compró en
2007, hasta que en noviembre del 2009, y debido a una liquidación bancaria, la
casa salió a subasta y pasó a ser propiedad de Regions Financial Corporation.
Lo que no cabe duda es que Delphine LaLaurie se ha convertido en un personaje recurrente en el
folclore de su ciudad, al dejar una estela de crueldad que Nueva Orleans no
podrá olvidar jamás.
Fuentes:
Pues a mí no me sonaba de nada, pero me ha parecido muy interesante la entrada.
ResponderEliminarBesos.
¡Hola! ^^
ResponderEliminarConocía un poco al personaje principalmente por esa temporada de "AHS". Recuerdo varias escenas bastante desagradables, y leyendo ahora todas las cosas que hacía, se me ha quitado el hambre y todo :S
Un beso!
Bien, bien, como amante del misterio este tipo de entradas me gustan.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarSolo conocía lo que había visto de Coven, así que me ha gustado leerte, una entrada muy interesante.
¡Un saludo!
Hola! Pues ni idea pero la verdad es que es una entrada muy interesante. Gracias por la información!
ResponderEliminarUn saludo!
Gracias por la info. La verdad es que no tenía ni idea.
ResponderEliminarBesos