Teatro: La Celia

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Sinopsis:

En éste espectáculo, Ivanna Rossi relata en primera persona los éxitos, los romances, los escándalos y sinsabores que formaron parte de la vida de Celia Gámez, aquella jovencita que con apenas 20 años y luego de actuar en una corta temporada como cantante en el teatro Maipo de Buenos Aires, partió en 1925 hacia España acompañando a su padre a cobrar una herencia. Viajando en tren hacia Madrid, mientras cantaba tangos para divertir a los pasajeros, alguien que estaba organizando una gran fiesta benéfica la escuchó y, prendado de su voz y su simpatía, la contrató inmediatamente. A esa fiesta acudió nada menos que Alfonso XIII, el Rey de España, quien, cautivado por esa jovencita tan particular, le facilitó el camino a una fama casi instantánea. Fama que perduró por más de 50 años, durante los cuales fue la reina indiscutida del teatro, la revista y la zarzuela española y que apenas interrumpió un fugaz regreso a Buenos Aires, a donde se refugió huyendo de la guerra civil española hasta 1938, año en que regresa a España para continuar con sus triunfos. En 1984, ya retirada, volvió a su Buenos Aires natal, donde muy poca gente la conocía y donde después de actuar en un par de espectáculos fallece en 1992 a la edad de 87 años, víctima de la enfermedad de Alzheimer.

Opinión personal:

Si algo me pasa, para bien o para mal, es que soy muy pasional. Esto lo aplico a todo, por lo que el teatro no podía ser menos. Si voy a ver una obra, la más mínima cosa puede generar en mí un huracán.

Creía que no conocía las canciones de Celia Gámez, pero mi sorpresa fue mayúscula cuando descubrí que no solo las había escuchado, sino que me las sabía y me gustaban. Aún así, el espectáculo me dejó sentimientos encontrados.

Para empezar, tengo que decir que la actriz Ivanna Rossi me parece una chica absolutamente preciosa, con una belleza natural y real. Una chica con curvas que quitan el sentido. Pero más me gustó cuando abrió la boca. Canta como un ángel, es muy expresiva, conecta con el público y se nota que disfruta, y eso es muy importante. Me atrevería a decir que Ivanna Rossi canta las canciones de Celia Gámez mejor que Celia Gámez. Chapó.

La escenografía me encantó, con sus juegos de luces y sus sencillos pero acertados decorados. El vestuario me pareció exquisito, porque realmente logra moverte de época sin levantarte de una butaca.

Sin embargo, tuve mis más y mis menos con el personaje de Celia. Tenía cosas que para mí, son admirables. Por ejemplo, el par de cojones que tuvo para venir a una España en guerra, solo por amor a su profesión y al país que la había encumbrado a la fama. Pero, no me gustó que se tuviese que triscar a reyes, políticos y demás. No dudo de su talento, pero hay más caminos para lograr los sueños.

Hubo un par de cosas que hubiese cambiado. La primera, el formato. En vez de narrar la historia de Celia en primera persona, creo que habría disfrutado más si la hubiese visto representada entre canción y canción. Y, el orden del final. Creo que la última canción la habría metido antes de la maravillosa escena del tocador, con la que habría terminado.

¿La recomiendo? Sí. Merece la pena dejarte acunar por la maravillosa voz de Ivanna.

P.D: Detrás de mí tenía tres yayas/hooligans/cacatúas que me tenían frita. A ver señora, está usted en el teatro, no en Qué tiempo tan feliz. A cantar, a su casa.

¿Qué os parece mi opinión? Un beso ^^